La empresa de hoy está expuesta constantemente a riesgos que pueden afectar el cumplimiento de su misión y sus objetivos institucionales, por esta razón se han desarrollado los controles internos, que se implantan para mantener la compañía en la dirección de sus objetivos de rentabilidad. Ellos le hacen posible a la administración, negociar en ambientes económicos y competitivos rápidamente cambiantes, ajustándose a las demandas y prioridades de los clientes, finalmente reestructurándose para el crecimiento futuro. Los controles internos promueven la eficiencia y la eficacia de los procesos, reducen los riesgos de perdida de activos, y ayudan a asegurar la confiabilidad de los estados financieros y el cumplimiento de las leyes y regulaciones
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