Actualmente, la mayor parte de la electricidad se obtiene mediante la combustión de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural), pero éstos se vuelven más escasos y cada vez cuesta más encontrarlos, al mismo tiempo la contaminación por la quema de este tipo de combustibles generan gases que son tóxicos, cancerígenos y tienen efectos negativos sobre la calidad del medio ambiente y sobre la salud humana.